Por dos alumnas de 2º2º E.y G.O. T.T.

¿Qué es el amor? ¿Un gesto del alma? ¿Una reacción química del cerebro? ¿Una conducta impuesta socialmente después de tantos años de telenovelas? ¿Una enfermedad, como canta Andrés Calamaro? ¿Ninguna de las opciones anteriores o todas al mismo tiempo?


Lo que todos creen estar sintiendo cuando se enamoran es algo mágico y sobrenatural: los ojos brillan, el corazón late aceleradamente, empiezan los sonrojos, una extraña alegría los embarga…
Parece que la mayor parte de estas reacciones se deben a un natural proceso biológico, desencadenado por las hormonas, según aportes de diversas disciplinas científicas: psicología, sociología, neurología y antropología.
Sin embargo, ninguna de estas disciplinas ha podido hacerlo entrar en su campo con exclusividad porque, si bien todas tienen algo que aportar a sus enfoques siempre se les escapa una parte. Auque siempre se haya dicho que el órgano del amor por excelencia es el corazón y los árboles estén llenos de dibujos de este órgano atravesado por las flechas de Cupido.
El verdadero responsable del enamoramiento es el cerebro.
Cuando nos enamoramos el cerebro empieza a fabricar chorros de una sustancia llamada feniletilamina.Sus estimulantes efectos se hacen sentir a través de los suspiros y los sofocones varios.Posteriormente, entran a jugar otras moléculas de la química cerebral, denominadas endorfinas, responsables de los sentimientos de confianza, paz y placer.Estas serían las responsables de la continuidad del amor y de la estabilidad de la pareja. Otra teoría dice que la base del amor reside en la genética.Así todo estaría regido exclusivamente por nuestros genes.
Sin embargo, en oposición a lo dicho anteriormente, hay algunas otras teorías que creen que el amor es un fundamentalmente un sentimiento espiritual.
Además de ser una experiencia maravillosa, el amor redunda positivamente en la salud.Las glándulas suprarrenales producen más cortisona de la habitual y esta sustancia es un magnífico inhibidor de las infecciones.Así, las pequeñas heridas cicatrizan con mayor facilidad y se fortalecen nuestras defensas Pero de nada sirve que el organismo, desde su lado puramente químico, ponga todo de su parte; al amor para que perdure, hay que mimarlo.La biología cumple su cometido, pero el mantener viva la ilusión del primer encuentro depende de cada uno.

1 comentarios:

Anonymous dijo...

me parecio muy interesante

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