Sobre la base de la novela "Rebelión en la granja" de G.Orwell:
RECUERDOS DE LA REVOLUCIÓN
Después de diez años, los animales recuerdan la belleza de ese día y de los que siguieron
Terminaba la Primera Guerra Mundial cuando el viejo Major nos convocó a una reunión: " Ayer tuve un sueño y necesito contarselo a todos ustedes"- dijo el viejo cerdo. Así nos contó que en el sueño eramos libres y no estabamos bajo la opresión del hombre sino que trabajabamos todos juntos para cosechar nuestros alimentos. Yo sentí que ese día todo iba cambiar para mejor.
Poco días después el viejo Major murió pero dejó en mis recuerdos aquellas palabras inolvidables: "Cualquier animal que camine en dos patas es nuestro enemigo, cualquier animal que camine en cuatro patas o tenga alas es nuestro amigo, todos los animales son iguales, ningún animal dormirá en una cama, ni beberá alcohol", y otros más que no recuerdo en este momento porque han cambiado mucho. Basándome en sus palabras escribí el Animalismo junto con ese traidor de Snowball quien luego se fue quien sabe dónde. Así expulsamos de su granja al señor Jones.
De esta manera pude hacer realidad esa hermosa utopía que soñó el viejo Major haciendo que trabajaran todos juntos y yo ideando los planes para estar organizados.
Hasta que un día se me ocurrió un plan: construir un molino de viento y ahí empezaron los problemas porque Snowball no quería y pensó que nos tomaría años realizarlo. Sin embargo, el fue quien dio la noticia de la construcción. Nuestras diferencias -a raíz de este hecho- se hicieron más notables y Snowball huyó como un cobarde. Los humanos aprovecharon esto y dijeron que nuestra granja estaba en ruinas y que nunca más volvería a ser lo mismo sin Jones.
Pero nosotros pudimos persistir y a pesar de todo logramos construirlos con el trabajo de todos. Pero Snowball hizo que se derrumbara y tuvimos que construirlo nuevamente. En ese camino tortuoso pero felíz perdimos a varios: Mollie, Boxer, algunas gallinas, uno que otro pato. Para compensar estas pérdidas, comencé a negociar con Whymper, un humano que me proveía de alimento para todos los cerdos. Algunos animales comenzaron a quejarse: "Necesitamos comer, no podemos trabajar sin motivo, etc...", pero alguien se encargó de castigarlos y llevarselos para que no se quejaran más.
Los siete mandamientos fueron cambiando, los cerdos dormíamos en camas, tomabamos alcohol, eramos amigos de los humanos. En el pueblo se comentaba que la rebelión había fracasado.
Pero con algunos traspiés, lo que soñó el viejo Major siguió un tiempo y hoy recuerdo con añoranza esas épocas.
La voz de la granja
Edición especial a más de una década de la rebelión en la granja
Edición especial a más de una década de la rebelión en la granja
RECUERDOS DE LA REVOLUCIÓN
Después de diez años, los animales recuerdan la belleza de ese día y de los que siguieron
Terminaba la Primera Guerra Mundial cuando el viejo Major nos convocó a una reunión: " Ayer tuve un sueño y necesito contarselo a todos ustedes"- dijo el viejo cerdo. Así nos contó que en el sueño eramos libres y no estabamos bajo la opresión del hombre sino que trabajabamos todos juntos para cosechar nuestros alimentos. Yo sentí que ese día todo iba cambiar para mejor.
Poco días después el viejo Major murió pero dejó en mis recuerdos aquellas palabras inolvidables: "Cualquier animal que camine en dos patas es nuestro enemigo, cualquier animal que camine en cuatro patas o tenga alas es nuestro amigo, todos los animales son iguales, ningún animal dormirá en una cama, ni beberá alcohol", y otros más que no recuerdo en este momento porque han cambiado mucho. Basándome en sus palabras escribí el Animalismo junto con ese traidor de Snowball quien luego se fue quien sabe dónde. Así expulsamos de su granja al señor Jones.
De esta manera pude hacer realidad esa hermosa utopía que soñó el viejo Major haciendo que trabajaran todos juntos y yo ideando los planes para estar organizados.
Hasta que un día se me ocurrió un plan: construir un molino de viento y ahí empezaron los problemas porque Snowball no quería y pensó que nos tomaría años realizarlo. Sin embargo, el fue quien dio la noticia de la construcción. Nuestras diferencias -a raíz de este hecho- se hicieron más notables y Snowball huyó como un cobarde. Los humanos aprovecharon esto y dijeron que nuestra granja estaba en ruinas y que nunca más volvería a ser lo mismo sin Jones.
Pero nosotros pudimos persistir y a pesar de todo logramos construirlos con el trabajo de todos. Pero Snowball hizo que se derrumbara y tuvimos que construirlo nuevamente. En ese camino tortuoso pero felíz perdimos a varios: Mollie, Boxer, algunas gallinas, uno que otro pato. Para compensar estas pérdidas, comencé a negociar con Whymper, un humano que me proveía de alimento para todos los cerdos. Algunos animales comenzaron a quejarse: "Necesitamos comer, no podemos trabajar sin motivo, etc...", pero alguien se encargó de castigarlos y llevarselos para que no se quejaran más.
Los siete mandamientos fueron cambiando, los cerdos dormíamos en camas, tomabamos alcohol, eramos amigos de los humanos. En el pueblo se comentaba que la rebelión había fracasado.
Pero con algunos traspiés, lo que soñó el viejo Major siguió un tiempo y hoy recuerdo con añoranza esas épocas.
Napoleón
Alfonsina Ghiglione 1º1º CN.
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